Después de que un grupo de encapuchados realizó destrozos en la Torre de Rectoría, empleados de la UNAM recogen vidrios rotos y quitan pintas de muros.
En la planta baja, una decena de trabajadores de limpieza y albañilería, barren, quitan las ventanas destrozadas y limpian muros.
Tras más de ocho horas de limpieza, aún se escucha el sonido de las palas trabajando.
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